“Give me your tired, your poor,
Your huddled masses yearning to breathe free,
The wretched refuse of your teeming shore.
Send these, the homeless, tempest-tossed, to me:
I lift my lamp beside the golden door”
Emma Lazarus
Había una vez una joven que vivía en un pueblo tradicional de Irlanda. Trabajaba para una jefa antipática, convivía con su madre y no tenía pretendiente. Eilis Lacey soñaba con mudarse a Nueva York y comenzar una nueva vida. Así inicia el film Brooklyn con el viaje de la protagonista hacia otro continente.
Brooklyn se destaca particularmente por la excelente personificación de los inmigrantes. Transmite esa sensación que tenían ellos al llegar a un país extraño, muestra aquella mirada esperanzada frente a la Estatua de la Libertad y representa la incurable nostalgia por el lugar de origen. También se identifican espacios comunes: un barco, una casa compartida, asociaciones de emigrados, entre otros. El espectador es introducido en dos viajes simultáneos: el recorrido de la protagonista desde Irlanda hasta Estados Unidos y el camino de añoranza hasta la asimilación de una nueva identidad.
Este film me recordó las historias que contaba mi abuela sobre la llegada de su marido a Argentina desde las Islas Canarias. Ellos también participaban de reuniones de colectividades, donde mi abuelo, quien extrañaba su cultura de origen, conoció a mi abuela. Allí se creó una nueva posibilidad; una vida diferente en un país menos desconocido.
La película, ubicada en los años cincuenta, logra una excelente representación de la época. Entre los diferentes elementos de la puesta en escena se debe tener en cuenta el vestuario, perfectamente adecuado al período y diferenciado según el territorio o la experiencia vital de Eilis. Sobrevuelos de polleras hasta la rodilla, camisas abotonadas hasta el cuello, colores vibrantes y mallas enterizas son algunos de los ejemplos de diseño de indumentaria presentes en el film.
Brooklyn también resulta ser un viaje personal al igual que el de todo inmigrante. Eilis Lacey se encuentra en un solitario camino de importantes decisiones. A diferencia de otras propuestas cinematográficas, no se trata de una elección basada en lo romántico o amoroso sino de dos estilos de vidas completamente diferentes. Un bello film para aprender de la historia de personas cuyos sacrificios fueron importantes y necesarios. Nos invita a conocer el camino de muchos de nuestros antepasados, cada uno con su propia experiencia, y a valorar la capacidad individual para construir aquello que tanto sueña a partir de una decisión sin retorno.