Hay una esencia dura y real de una película independiente que no la puede imitar ningún otro film. A veces se trata de un guión que aparenta ser simple y eventualmente se transforma en algo más complejo. Tal es el caso de Blue Jay, la cual, capa tras capa, revela su historia. Escena tras escena, se empieza a comprender la relación que comparten Amanda y Jim hasta llegar a su desenlace.
La película inicia con un encuentro incómodo en el supermercado entre dos personas que fueron pareja en el secundario. Ambos regresaron al pueblo de su adolescencia por diferentes motivos. Uno perdió a su madre mientras que la otra fue a visitar a su hermana embarazada. Al principio, Amanda y Jim comparten conversaciones superficiales pero a medida que avanza el relato, la verdad acerca de sus vidas comienza a revelarse.
Blue Jay se destaca por el protagonismo que se le da a los dos personajes principales, las escenas que componen la película, y el diálogo que hay entre ellos. Filmada en blanco y negro, el reencuentro entre Amanda y Jim elabora un recorrido por su relación amorosa. A lo largo de la película, ambos recuerdan el pasado distante, recrean experiencias compartidas y hablan sobre aquellos dos niños adolescentes como si fueran personas completamente distintas. Sin embargo, el film demuestra que hay heridas abiertas y arden al fuego vivo como si no hubiera pasado un día. Alexandre Lehmann, guionista y director del film, sabe perfectamente cómo conquistar al espectador a través de una aparente predictibilidad para luego sorprender instantáneamente con nuevo contenido. Además, propio de un realizador cinematográfico, los detalles de esta película están completamente calculados. Se trata de particularidades que pasan desapercibidas pero si uno presta atención, inclusive los motivos que llevan a Amanda y Jim devuelta a su pueblo, es decir, la vida y la muerte, están relacionados con las vivencias que compartieron como pareja.
Por otro lado, tanto Mark Duplass como Sarah Paulson, quienes se colocan en la piel de los protagonistas, tienen muy buena química y demuestran una gran capacidad para transmitir emociones. Estas mismas traspasan la pantalla y contagian al público. Cada momento logra su objetivo, ya sea una escena graciosa que genera risas o, por el contrario, un evento emocionante que produce lágrimas.
Blue Jay es un admirable film independiente que deleita y sorprende hasta llegar a lo mas profundo, hasta obtener aquello que se esconde en lo más recóndito del interior de los personajes principales. De la misma manera, el espectador es como aquel que juega a la búsqueda del tesoro, va recolectando pistas, disfrutando del proceso de la travesía, hasta alcanzar el lugar deseado y desenterrar aquello que se encuentra bajo tierra, hasta conseguir todas las respuestas bajo su palma, o al menos casi todas…Como en la vida, a veces no todo se resuelve. Los días continúan y siempre hay una nueva historia por contar.
Blue Jay está disponible en Netflix