Cuando era niña desconocía el cine japonés animado. No apreciaba la calidad de su imagen ni la riqueza de sus relatos. Mi ignorancia desapareció a los trece años cuando vi por primera vez El Increíble Castillo Vagabundo. Tras esa experiencia reconocí el gran talento japonés en el séptimo arte. Este año se estrenó When Marnie was there en el BAFICI. Esta película cuenta la historia de Anna, una chica solitaria que vive con sus padres adoptivos. Ella viaja hacia las afueras de la ciudad para compartir unas semanas con parientes lejanos. Allí Anna descubre una casa fascinante y conoce a una niña llamada Marnie, quien pronto se convertirá en su mejor amiga. Eventualmente, se dará cuenta que Marnie no es quien parece.
La contextura del dibujo se diferencia del estilo animado de Pixar o Dreamworks, cualidad que evidencia una originalidad por parte del cine japonés. Hiromasa Yonebayashi, director de este film, quien previamente trabajó como animador en El viaje de Chihiro y El Increíble Castillo Vagabundo, crea personajes cuyas características, tanto físicas como incorpóreas, tienen motivos particulares. La imagen andrógina de la protagonista, Anna, no es simplemente una cuestión de gusto sino una peculiaridad que influye en el relato del film. En contraposición, Marnie representa la imagen femenina con sus vestidos elegantes y cabello dorado sedoso, singularidades que permiten que el espectador pueda apreciar su belleza.
Por otro lado, se debe destacar el trabajo de sonido en la película. Durante todo el film se percibe una increíble sonorización de ambiente, siempre acorde al paisaje que se muestra o se esconde por medio de un fuera de campo. Desde el ruido del agua, el pisar de los zapatos sobre el suelo, los pájaros e insectos en la orilla, todo elemento de la naturaleza crea el espacio real y virtual para los ojos y oídos del público.
El trabajo realizado en el film es similar a un proceso de curaduría. Su relato está organizado de manera tal que el espectador se maraville en su desarrollo y conclusión. La película posee una magnífica narración progresiva y detallada con varias elipsis necesarias en el intermedio. A medida que avanza la historia, las piezas del rompecabezas comienzan a encajar perfectamente hasta comprender y visualizar la imagen completa de los personajes principales. When Marnie was there es un excelente film sobre la familia, la amistad y la importancia del pasado para construir una identidad.